miércoles, 18 de mayo de 2011

el duende de los sueñOs!

Hoy no te contaré un cuento, ni una leyenda de esas en las que los dioses demuestran sus grandezas, hoy te contaré el día en el que conocí al duende de los sueños.
Fue uno de esos días que te cambian y luego cuando te miras en el espejo te ves de forma distinta, yo por ejemplo, comencé a verme pelirroja.

Una noche que creía normal y corriente yo iba saltando de un sueño en otro como de costumbre, y de repente me lo encontré. Era uno de esos sueños que tantas veces se repiten, él estaba haciendo castillos de arena y yo paseaba sin rumbo por la playa.
Me miró y por primera vez vi esa sonrisa pícara y ese brillo en los ojos que inmediatamente te hacían devolverle la sonrisa. Me dijo que venía del sur donde se cumplían todos los sueños que no lo hacían en el norte y con su gracioso acento me contó por que estaba jugando entre mis sueños.

Fiel a su nombre no podía permitir que por mi cabeza rondaran malos sueños como estaba sucediendo hacía unos días, y venía para que recuperara todos las sonrisas y colores perdidos. Con un ágil movimiento hizo aparecer de la nada un hilo y una aguja y con ellos creó y cosió la sonrisa más sincera que en los últimos días se veía en mi cara, y con otro movimiento grabó en mi cabeza un puñado de consejos para no perderla.

De esta forma mis sueños recuperaron su color y las sonrisas aparecieron en cada esquina, y cada vez que las fuerzas flaquean o los sueños empeoran ahí está él, con sus sonrisa y sus castillos de arena, preparado para construirlos donde sea necesario.