Y sigo esperándote con mi mejor vestido, sentada en el borde de la cama, pensando que no ha pasado tanto tiempo...maldita esperanza.
La noche transcurre e inconscientemente mi mirada se desvía a la ventana, las lágrimas ahora negras resbalan hasta mi boca. Mientras me quito los zapatos sigo pensando que en cualquier momento aparecerás por la puerta, y con tu sonrisa y tu camisa blanca me obligarás a salir para disfrutar de una noche inolvidable.
Y aunque se que no aparecerás, no consigo quitarme de la cabeza esa esperanza, esa maldita esperanza que siempre me empeño en tener, que nunca se pierde y que tan malas pasadas me está jugando.
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